miércoles, 2 de diciembre de 2009

Día 2 : Entrando al Maasai Mara por Sekenani

Mamé nos deleitó en el primer desayuno con un estupendo "perico" que nos puso las pilas a todos.  No todos los desayunos serían igual que éste (la excepción que confirma la regla dicen).
El objetivo inicial del día era sacar dinero en efectivo, ya que gastamos prácticamente todo el que teníamos en el alquiler de los coches. Habíamos planeado pagar con tarjeta y reservar dólares para entrar en los parques, pero el "simpático" George nos lió bien liados con impuestos y comisiones y al final, tras la negociación de Javi optamos por pagar en efectivo. Deberíamos haber pagado con tarjeta, pero ya daba igual.
Nos dirigimos hacia el pueblo de Naivasha donde sacamos Tsh del cajero para luego cambiar parte a dólares. Una operación que al final se reveló innecesaria (en los parques se podía pagar en Ksh, chelines kenyatas, e incluso con tarjeta) pero que tomamos por precaución, siguiendo las recomendaciones que había leído Alberto.
Y después de la sesión de bancos emprendimos la ruta hacia nuestro primer objetivo : "Maasai Mara".


El camino no fue precisamente de rosas. Era largo y confirmaba que las "carreteras" no iban a ser como las que habíamos tenido hasta entonces. Teníamos que echar más combustible a los coches y comprar una segunda bombona de gas (que al final sobró), así que hicimos parada en Narok, donde inauguramos la temporada de caza y captura de cervezas frías (frescas o templadas es la norma por allí ya que no todas las tiendas tienen nevera). Como no encontramos nada, a la salida del mismo Narok, a pie de carretera, vimos un bar y allí que nos paramos a por las cervezas, y al final nos quedamos a comer algunos platos típicos en un bar repleto de gente de la zona. Probamos el ugali y carne de pollo junto a otras opciones no demasiado atrevidas (el nyoma choma lo dejamos para otra ocasión).


Comida en Narok

Fue en este sitio donde empezamos a notar que nuestros coches hacían furor. Un empleado (a lo mejor era el dueño) estuvo charlando fuera con Alberto y Mamé  sobre ellos. Y allí empezamos a descubrir la hospitalidad kenyata: el mismo empleado tras enterarse de nuestra ruta e intenciones nos animó a volver al bar.
Tras la comida continuamos el camino hacia el Maasai Mara. El camino empeoraba por momentos, pero eso iba a ser lo habitual. Llegamos medianamente tarde a las proximidades de "Sekenani gate", así que decidimos quedarnos a dormir fuera del parque, en un campsite llamado "Mara Springs". En esta época amanece sobre las 6 de la mañana y oscurece sobre las 6 de la tarde, así que el plan era adaptarse a las horas de luz que son las que permiten en todos los parques para ir de safari o "game view" (ver el juego de la vida).
En el campsite montamos las tiendas y Mamé preparó unos espaguetis que compartimos con el maasai y otro personaje que nos harían de vigilantes esa noche frente a la "fauna salvaje".



El campamento en Mara Springs

Allí descubrimos que esta gente no dice que no a nada. Ofrezcas lo que ofrezcas lo aceptan. Que se lo digan a Mamé, que le ofreció un cigarrillo al vigilante y éste lo aceptó sin dudarlo un instante (tendríais que haberlo visto fumar).
Tras la cena y la primera ducha en lugares peligrosos (¡¡ pero con agua caliente !!) nos fuimos al bar del campsite, donde nos bajamos otras cervezas mientras iniciamos las partidas de pocha (a Mamé no le convencía el juego pero la cosa cambiaría) con la baraja francesa que terminamos comprando a la señora del bar, la cual, con cara de alucinada nos pedía que pusiéramos nosotros el precio.

Mañana había que madrugar, así que "un pis y a la cama que es tierra llana" (bueno, quizás algo inclinada en este caso)

1 comentario:

  1. Cerveza!, nuestro sexto grande en África, jeje. Y hay que comer de todo, chicos, no me habréis salido conservadores ahora... Los farolillos esos parecen la caña!

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